Se trata de componentes de doble uso, que actúan como juntas de presión y como barreras para la contención de incendios. Las juntas ignífugas son elastoméricas, con refuerzo de vidrio o cerámica. Suelen ensayarse según la norma ISO 2685, que establece que las juntas deben resistir una llama de 1100 °C durante 15 minutos sin fallar. Las juntas ignífugas también pueden fabricarse en variantes conductoras para el apantallamiento RFI.
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